1- La profecía. Durante la filmación de esta película se sucedieron varios hechos extraños. El actor principal, Gregory Peck, viajaba en un avión cuando fue alcanzado por un rayo en medio de una tormenta. Por suerte, no provocó ningún daño pero lo curioso es que lo mismo le pasó al guionista David Seltzer, ocho horas después, en otro avión. Antes de eso, Peck estuvo a punto de subir a un jet alquilado por la producción y a último momento canceló el viaje. Ese vuelo terminó estrellado y sin sobrevivientes. Quien no tuvo tanta suerte fue el adiestrador de dos perros rottweiler que se incluyen en el filme. Por un descuido, los animales atacaron al hombre y este resultó muy herido. Pero la tragedia no termina allí, durante la filmación de una escena en la que se veía a un león el animal se descontroló y mató a un guardia del zoológico. Además, el productor del filme se salvó de una bomba que el grupo terrorista IRA había colocado en su hotel, y John Richardson -de efectos especiales- sufrió un accidente automovilístico en el que una colaboradora resultó decapitada, tal como ocurre en una escena de la película
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2- Poltergeist, Juegos Diabólicos. Esta es la película maldita por excelencia. La supuesta "maldición" que acompañó la primera parte de la saga se extendió durante toda la trilogía. Entre el primer y el tercer filme murieron cuatro miembros del reparto. Entre ellos se incluye a Dominique Dunne, que interpretaba a la hermana mayor de la pequeña protagonista, el actor Julian Beck, que debía aparecer en la segunda parte, y Will Sampson, que interpretaba a un médico indio en el segundo filme. Pero el caso más conmovedor fue el de Heather O'Rourke, que murió de un shock séptico a los 12 años, tras filmar la tercera parte de la saga. Dicen que su madre, mientras se encontraba en la sala de espera del hospital, aseguró haber visto a su hija por una ventana diciéndole: "Mamá, no voy a volver". Muchos aseguran que la maldición comenzó después que se usaran restos de tumbas reales durante el rodaje de la primera parte.
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